Los monjes

Autor: Padre José Alcázar Godoy

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Había dos monjes que buscaban la perfección. Cierto día, el obispo de la ciudad fue a visitarlos al eremitorio. Al llegar, vio a uno de ellos que vestía pobremente, comía mal y se sacrificaba continuamente, por eso estaba muy delgado; pero interiormente se consideraba un hombre virtuoso. El obispo quedó impresionado ante tanta austeridad. Después fue a visitar a su compañero. Era este un hombre gordo que comía mucho, porque, según decía, pasaba excesiva hambre; no obstante, pensaba estar muy lejos de la perfección. Al obispo le pareció que esa no era forma de vida adecuada para un asceta y le reprendió por sus malas costumbres.

Al cabo de algunos años, los dos frailes murieron. Delante de Dios, el primero presentó su vida austera y penitente, y el Señor le premió con generosidad. Sin embargo, el otro se mostró avergonzado, porque su vida no era como la de los antiguos ascetas del desierto, y sintió cierto temor de la justicia divina. Entonces, Dios le asignó un lugar de mayor privilegio que a su hermano de religión. Cuando le llegó el momento al obispo de la ciudad, Dios le recordó que nadie sería juzgado por la apariencia, sino sobre el fondo de su corazón.