Parábola del mejor testamento

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

      

Los discípulos estaban habituados a celebrar la fiesta de la Pascua  judía. El Maestro les dijo que la iban a celebrar de una forma nueva. La cena fue la normal entre gente sencilla.

            ¿ Qué vamos a cenar?, le preguntaron al Maestro.

-    Algo totalmente nuevo para vosotros y válido hasta el final de los tiempos.

Se quedaron intrigados. Esperaban algo especial pero no tanto.

-    Una vez que hubieron comido lo establecido desde hacía siglos, les dijo: Ahora os dejo mi mejor testamento.

-    ¿Cuál es?

-    Mi Cuerpo y mi Sangre. No ha habido un Dios en toda la Historia que haya hecho esto.

-    No quiero que os quedéis huérfanos. Cada vez que consagréis este pan y este vino se convertirán en mi Cuerpo y en mi Sangre. No es un rito mágico. Todo es cuestión de fe.

Los discípulos comieron aquel pan y vino consagrados con una verdadera devoción. Era el signo y el sello de su amor supremos.

 

-¿ Aprecias la Eucaristía?

 

ORACIÓN DEL MAESTRO:  Padre, mis días aquí van terminando. Hoy he celebrado una cena de acción de acción que se va a repetir mientras el mundo sea mundo. Será el alimento para mis seguidores.  Quienes coman de este pan y beban de este vino consagrados tendrán vida eterna. Quien, por el contrario, no participe, no tendrá parte en mi reino.

Es una lástima que mucha gente prefiera las “cuchipandas” a mi alimento. Peor para ellos. Ellos se lo pierden. Me gustaría que mis iglesia estuvieran a tope para comerme y alimentarse conmigo con fe auténtica. El mundo sería distinto de lo que es.

PRECES

-    Por  la juventud: para que vivan del Cuerpo y Sangre de Cristo, roguemos al Señor

-    Añade tus intenciones

Señor, agradecido por tu cena para siempre, te digo: Padrenuestro.