Parábola del mar embravecido

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

      

El Maestro se sentía agotado por el duro trabajo del día. Se embarcó con sus discípulos. La gente les seguía en otras barcas. De pronto se levantó una tempestad- cosa fácil  en el lago de Tiberíades, debido a los vientos -. El Maestro dormía recostado sobre un cojín. Los discípulos se quedaban admirados de que ni siquiera oyera la lluvia y los olas contra la barca. ¿ Qué hacemos?- se preguntaban asustados.

-    Maestro, ¿ no te importa que nos ahoguemos?

-    ¿Qué os pasa?

-    ¿No ves el tormentazo que tenemos encima?

-    Tranquilos. Se incorporó de su sueño profundo. Entonces increpó al viento y ordenó al mar: -¡ Calla, enmudece!

-     La calma vino en seguida

- ¿ Qué lección nos quieres dar a este propósito?

-     Espero que no os siente mal. Me da la impresión de que sois cobardes y gente de poca fe.

-     ¿ Os habéis asustado llevando a vuestro lado al Maestro y al dueño de la vida y de la muerte?

-     Se quedaron admirados.

 

¿Dejas que el Maestro actúe en tu vida?

 

ORACIÓN DEL MAESTRO: Padre, está visto que mis discípulos son duros de roer. Voy a su lado y, sin embargo, ante el menor contratiempo, se asustan y el miedo se apodera de sus corazones. Se ve que el mundo de la fe les debe costar mucho. Dar el salto de la realidad humana a la confianza total en mi y en ti y en el Espíritu va a ser obra de siglos. Paciencia, Hijo. Son limitados y todavía les queda mucho que aprender. 

 

PRECES

-     Por la juventud: para que aprendan a tener más fe, roguemos al Señor

-     Añade tus intenciones 

 

Señor, perdona mi falta de fe y confianza. Te digo con fe: Padrenuestro